El Salvador.- Con uniforme camuflado y armas largas en sus manos fueron apostados decenas de militares en el Congreso de El Salvador por orden del presidente Nayib Bukele.
Con su decisión el mandatario presionó a los diputados para que aprueben un préstamo por US$109 millones para poner en marcha la III Fase del Plan Control Territorial, cuyo objetivo es modernizar el equipamiento de la Policía Nacional Civil (PNC) y de las Fuerzas Armadas para que estén mejor preparadas para combatir a las pandillas.
En un hecho insólito, Bukele ingresó al Congreso donde ocupó la curul que corresponde al presidente de ese órgano legislativo, Mario Ponce, donde rezó: «La decisión que vamos a tomar ahora la vamos a poner en manos de Dios. Vamos hacer una oración”.
A su salida de la sede del Poder Legislativo, donde no tiene mayoría, dijo cientos de seguidores: «Les pido paciencia, si estos sinvergüenzas (los diputados) no aprueban esta semana el Plan Control Territorial los volvemos a convocar el domingo».
El préstamo fue otorgado en octubre del 2019 por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), y este debe ser avalado con los votos de 56 diputados, mayoría calificada, en el Congreso.
Diputados de oposición del Frente Farabundo Martí para La Liberación Nacional (FMLN) y Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que suman 60 votos de un total de 84 escaños, aseguran que el Ejecutivo no ha especificado en qué concretamente será usado el dinero.
Bukele ha alcanzado altos índices de popularidad en gran parte por su política de seguridad, que ha propiciado una reducción en la percepción de la criminalidad.
Las pandillas son responsables de gran parte de la violencia en El Salvador, uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con un promedio anual de 35,6 homicidios por cada 100 mil habitantes en el 2019.