Nueva York, EEUU.- Un estudio publicado en la revista Nature Sustainability concluyó que, sin una protección drástica del clima, unos dos mil millones de personas se verán afectadas por un calor extremo y potencialmente mortal en menos de 80 años, lo que corresponde aproximadamente al 23% de la población global prevista para entonces.
Países como Qatar, Mali o Burkina Faso podrían ser inhabitables para el año 2100 si se mantienen las políticas climáticas actuales.
Un aumento de la temperatura de 2,7 grados centígrados cambiaría radicalmente la «habitabilidad» de la Tierra y podría provocar una «reordenación a gran escala de los lugares donde vive la gente», afirma el autor principal del estudio, Tim Lenton, de la Universidad británica de Exeter.
En la actualidad, con un calentamiento global de 1,1 grados centígrados en comparación con la época preindustrial, las olas de calor son más habituales, más graves y, por tanto, más mortales para millones de personas.
Un equipo de la Universidad Estatal de Arizona está trabajando con la ciudad de Phoenix en un programa piloto que estudia el uso de «pavimento fresco» para reducir el efecto de calor de las zonas urbanas cubiertas de asfalto y hormigón.
Ciudades de EEUU
En Estados Unidos, unas 12 mil personas mueren de forma prematura cada año a causa del calor.
La ciudad californiana de Los Ángeles, considerada la más vulnerable a las catástrofes naturales, incluidas las olas de calor, ha lanzado recientemente una campaña para construir más «centros de resiliencia», zonas de sombra y refrigeración mediante energías renovables, al tiempo que se trabaja en un sistema de alerta temprana de olas de calor.
Phoenix, ciudad situada en pleno desierto de Sonora, ha emprendido una serie de medidas, entre ellas, la construcción de aceras «refrigerantes» recubiertas de un impermeabilizante que consigue que las calles no se calienten tanto como con el clásico asfalto, además de permitir que el aire fresco de la noches permanezca más tiempo.
La ciudad de Miami, en Florida, planea la plantación de árboles urbanos, al tiempo que ofrece ayudas económicas para cubrir las facturas de energía de los hogares con bajos ingresos.