.- El caso de la adolescente Michelle Lugo, asesinada, descuartizada y posteriormente quemada en el sector Villa del Este, municipio Santo Domingo Este, vuelve a reiterar que nos hemos convertido en una sociedad reactiva.
¿Qué se hace desde el hogar para prevenir posibles casos como ese y otros que han consternado a este conglomerado carnavalesco? la respuesta es fácil, basta con echar una mirada con sentido crítico, visceral a esto que llaman ‘sociedad’ para saberla. Las estadísticas en relación a menores y adolescentes en conflicto con la ley están ahí, nos escupen a la cara, pero nadie reacciona.

El degrado es tal que parecemos una sociedad que ha venido involucionando con el paso de los años y somos tan miopes que nadie advierte de sus irremediables y devastadores resultados. Entonces, porqué carajo nos quejamos, mostrando una farsa indignación momentánea por lo ocurrido, si hemos observado una actitud permisiva e indiferente que alienta y construye la errónea idea de que nuestros actos irresponsables no tendrán consecuencias.
La tutoría responsable y la corrección oportuna son cosas del pasado y esa vaina tiene consecuencias nefasta. Hoy día son los menores y adolescentes quienes deciden cuando y como hacer lo que le parece. ¿A dónde vamos? la respuesta es fácil.