.- El hombre puede fracasar miles de veces con la mujer, pero su peor fracaso sería pensar que todas las mujeres son iguales..
¿Tiene el hombre, como categoría general del género masculino, la culpa de las atrocidades que hacen algunos hombres?
¿Tiene el hombre el derecho a estigmatizar a todas las mujeres, por las experiencias traumáticas, amargas, frustrantes, desengaños, infidelidades, rechazos o actos violentos de algunas mujeres?
La titular del Ministerio de la Mujer explica todos los acontacimientos trágicos, funestos y violentos del país, en donde hay una mujer involucrada, sea esta víctima o victimaria, a partir de una masculinidad maligna y tóxica del hombre. Que fácil, que rápido se cierra el caso.
Cuando sucede un evento trágico, en donde hay, por lo menos, una mujer involucrada, busco las declaraciones que hacen la señora Ministra Janet Camilo, la Lic. Elaine Feliz, la Lic. Ana Simó, la comunicadora Anibelca Rosario, la comunicadora María Elena Núñez y la señora diputada Farides Raful. La conclusión, siempre es la misma, el hombre quiere acabar con la mujer, la masculinidad tóxica, la necesidad de empoderamiento de la mujer, dejen a los hombres, hombres abusadores, los mostruos. Son muchos epítetos o adjetivos descalificativos, cuando lo que necesitamos son argumentos que se sustenten en inventigaciones científicas serias.
Dice la señora ministra Camilo, según el Listín Diario, en un artículo firmado por la periodista Deyanira Polanco, lo siguiente: “Yo creo que la madre de esta niña es una víctima de una sociedad en la que se ha legitimado que el hombre le lleve diez, 12, 13 años a las mujeres”. Esto fue para explicar la violacion y violación de la niña de 4 años en Santuago.
En un twit de fecha 2/10/2019, también dijo: «Tantos hombres feos, brutos, gordos, viejos y sin dinero aspirando a diferentes candidaturas. Mientras que a las mujeres se nos pide ser bonitas, inteligentes, jóvenes y con dinero para ser candidatas». Esto fue argumento para defender la igual de oportunidades, mujer/hombre, en la política.
Escucho y leo las declaraciones de las profesionales y ciudadanas que he citado, e interpreto que sus argumentos siempre apuntan a un mismo culpable de todos estos actos malvados, EL HOMBRE MACHO MACULINO MOSTRUO.
Es legítimo que las personas defiendan la igualdad de género, ideología, doctrina, políticas o filosofía, pero lo que no comparto es usar el drama de la violencia general, como argumento que censura la condición de ser hombre, para elevar la categoría de ser mujer. No hay que bajar al hombre y subir a la mujer, no tienen que ser iguales, podemos respetar las diferencias y buscar el consenso.
Lo malo no es que esas damas, mujeres, féminas, crean eso que dicen, lo malo es que lo digan como que sus opiones son verdades absolutas, universales e irrefutables, que merecen el mínimo de debata, como que sus aseveraciones no son interpretaciones, percepciones, construcciones sesgadas, como las mias.
Porque no podemos abrirle una brecha a la duda y pensar, por un momento, que hay hombres buenos y mujeres malas, de la misma forma que hay mujeres buenas y hombres malos, hombres que se inmolan por sus hijas y mujeres que renuncian a sus hijos, como hay madres que dan la vida por sus hijos y padres que renuncian a su responsabilidad con sus hijas.
Podemos ser desiguales y luchar por saber manejar las diferencias, manejar los conflictos, promover la sana convivencia, resucitar el amor cuando muera por exceso de uso, aprender a ser un equipo y trabajar por un proyecto de vida, entender que la prioridad es la salud psicológica de la familia, sobre todo proteger a los mas vulnerables, las niñas y los niños.
¿Por qué echar leña al fuego? ¿Por qué dividir entre bueno y malo algo que puede ser mejor junto?