España.- El proceso de vacunación contra el coronavirus que se lleva en países América Latina y Europa se ha visto empañado por los escándalos, debido a los privilegios en la aplicación de la inyección.
En naciones como España, Perú, Argentina y Chile se dio privilegio a funcionarios, sus familiares y amigos cercanos, dejando de lado el personal que trabaja en la primera línea de defensa contra la peligrosa enfermedad.
El 20 de enero, se destapa en Murcia, España, el primer escándalo por la administración privilegiada del fármaco lo que provocó la renuncia de Manuel Villegas, consejero de salud del gobierno de esa comunidad autónoma, tras develarse se habría vacunado junto a otras 400 personas.
Poco menos de un mes, el 15 de febrero, Perú se convierte en el primer país latinoamericano con un alboroto similar que empujó la renuncia de las ministras de Salud y Relaciones Exteriores, Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete, respectivamente, quienes accedieron en secreto a las vacunas.
El caso también involucró a integrantes de la Iglesia católica y empresarios.
Argentina se sumó a la polémica por el suministro irregular de la inyección contra el coronavirus. El escándalo obligó al presidente Alberto Fernández pedir la dimisión del ministro de Salud, Ginés González García.
Lo establecido en el plan de vacunación, también fue vulnerado en Chile, donde personas menores de 60 años de edad y sin enfermedades crónicas fueron inoculadas.
Además de los privilegios en el aplicación del fármaco, la desigualdad quedó develada en la distribución de las vacunas. La Organización de Naciones Unidas y organizaciones sociales denunciaron que diez países habían acaparado el 75% de las dosis de los antídotos a nivel mundial.