Por: Juan Dionicio Rodríguez Restituyo
.- Con el asesinato de Ulises Heureaux-Lilis, en Julio del 1899, la figura fundamental en la política dominicana recayó sobre los hombros del general Horacio Vásquez, de hecho su primo Mon Cáceres, fue uno de los conjurados, estimulado por él, a pesar del pacto entre Lilis y el general Vásquez, Horacio Vásquez, quien asumió la presidencia de la República, luego del magnicidio, y no fue hasta la llegada de Rafael Leonidas Trujillo, continuador de Horacio Vásquez en 1930, que la Figura del General salió del mapa político dominicano.
Instalado Trujillo en 1930, de mano de Horacio Vásquez, este nos gobernó 31, años, fue asesinado como sucedió con Lilis. Así mismo, a Trujillo lo remplazó Balaguer, de hecho era el presidente al momento del asesinato; a quien preparó como su continuador, quien le daría continuidad a su obra, y quien tenía claro sentido de la historia. Por tal razón, en 1956 advirtió, que una vez desapareciera físicamente vendría el caos y luego el poder lo tomaría otro líder como él.
Y sucedió exactamente como lo previo, golpe de Estado, triunvirato, levantamiento guerrillero, guerra civil, intervención norteamericana, y luego otro como él, su sucesor el Dr. Joaquín Balaguer.
El pueblo en las calles desplazó a Balaguer en 1978, pero el PRD, no rompió el hilo conductor de ese pasado que nos implantó. Pedro Santana desde el nacimiento mismo de la nación; lo dejó intacto, y Balaguer volvió, porque desde la misma muerte del dictador, fue figura determinante en la política nacional, regresando al poder en 1986, llevó preso a Jorge Blanco y disminuyó la capacidad de gobernar del Partido Revolucionario Dominicano.
Balaguer fue tan determinante en la política nacional, que se dio el lujo de nombra su sucesor, el Dr. Leonel Fernández, por el encima del líder legítimo del pueblo dominicano, el Dr. José Francisco Peña Gómez.
El trujillimo sin trujillos se reencarno en Balaguer, y luego en Leonel Fernández.El caudillismo de nuevo cuño está de regreso en la figura del caudillismo intelectual, el populismo demagogo y corrupto.
Es evidente que tiene cabida de nuevo en la sociedad dominicana y la historia se puede repetir una vez más y sería una verdadera tragedia.
Estos cuatro personajes: Vásquez, Trujillo, Balaguer y Leonel, en los últimos 122 años, desde el 1900 hasta el 2022, han sido determinantes en la historia política dominicana y pretenden darle continuidad.
La posibilidad de regreso del Dr. Leonel Fernández, procurará, hacer lo mismo con Luis Abinader lo que pasó con Jorge Blanco, se pondrían en peligro las pocas conquistas democráticas que con mucha sangre ha logrado este, pueblo, la elite política y económica acrecentarían la pobreza, la desigualdad, la impunidad y además, se “entronizará” en el poder hasta que prepare su sucesor.
Esa es la historia, los hechos están ahí y nuestro papel es ponerlo en evidencia, ya que las posibilidades existen, teniendo en cuenta que el PRD, hoy PRM, durante el tiempo que ha gobernado nos ha brindado avances, a pesar de que debió darle continuidad al pensamiento de Luperón del cual Peña Gómez era su sucesor legítimo, para conectarnos en el hilo histórico de Juan Pablo Duarte.
En 1986 con Jorge Blanco volvimos para los tiempos de Balaguer y en 2004 con Hipólito Mejía, nos llevó el Dr. Leonel Fernández.
La perspectiva para evitarlo debe ser clara, hay que enterrar el conservadurismo y las élites económicas y políticas. El Frente Amplio hará la contribución que sea necesaria para desarrollar una nueva opción de poder y liderazgo que releve el actual régimen y se convierta en una fuerza política electoral real en el 2024, y de una vez y para siempre ponerle fin a la era de los malos gobiernos.
Para ello tenemos que hacer una lectura correcta del momento actual, la crisis económica y de liderazgo que enfrenta el país, que no debe ser capitalizada por el caudillismo y las élites económicas y políticas del momento.
Las mujeres y hombres del Frente Amplio, procuraremos la mayor movilización social, el más amplio espacio de unidad política electoral, y procurará llenar las urnas de votos de sentimientos patrióticos y comprometidos de hacer de República Dominicana, un país donde tengamos la mejor calidad en educación, una seguridad social desde la cuna hasta la tumba, una correcta distribución de la riqueza, crecimiento empresarial para grandes y pequeños competidores, comprometidos con el desarrollo y el progreso comercial, con el más alto nivel tecnológico y buenas y justas condiciones para las y los trabajadores, impulsando el salario igualitario como manda la ley.
El país cuenta con el Frente Amplio para evitar esa trágica posibilidad, y nosotros contamos con ustedes.