Nueva York, EEUU.- Durante la Guerra Fría la neutralidad fue garantía de independencia para Finlandia y Suecia, dos países escandinavos vecinos de Rusia. Un vuelco radical se debe a la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero.
Tanto finlandeses como suecos consideran que la integración en la OTAN es la mejor forma de proteger su independencia.
Para la OTAN significa reforzar su presencia en el norte de Europa, colmar el flanco que representa la larga frontera entre Finlandia y Rusia, y ampliar su control estratégico del mar Báltico, vía de acceso marítimo para San Petersburgo y el enclave ruso de Kaliningrado.
Y eso es precisamente lo que no gusta nada en Moscú. Rusia tendría que defender otros 1,300 km de frontera con la OTAN al incorporarse Finlandia en la Alianza. En su discurso del 9 de mayo el presidente ruso, Vladimir Putin prometió una respuesta “tecnico-militar” si esto ocurre y acusó a Occidente de la guerra.
Pero las amenazas del Kremlin caen en saco roto en las calles de Helsinki y Estocolmo. Más del 70% de los finlandeses dicen que se sentirán más seguros dentro de la OTAN y lo mismo el 60% de los suecos.