Por: J.C. Malone
.- El dos por ciento de los demócratas votaron por Kamala Harris en la convención del 2020. Como Procuradora General de California, encarceló más negros y deportó más indocumenados que nadie.
Como vicepresidenta, “controlaría” la frontera que luego abrieron, hoy es la “salvación nacional”, según el marketing politico. Ella nos “salvará” del “anti-inmigrante” Donald Trump, quien deportó menos que ella.
La administración Biden-Harris destruyó la economía estadounidense y la seguridad mundial, ella continuaría esas políticas. Faltando unos 80 días para las elecciones no ofrece ni promesas, conduce una campaña silenciosa, no habla con la prensa. Sin embargo, es popular, muy popular, dice su marketing político.
Hillary Clinton hizo campaña presidencial desde 1993 y, 23 años después, perdió ante Trump en el 2016, pero Kamala será muy diferente. Trump tiene ocho años haciendo campaña, en 80 días, Kamala le ganará, sólo los machistas racistas lo dudan.
Hay algo absolutamente claro e innegable, Biden fracasó manejando la economía, con su política interior y, sobre todo, en su propósito interno “detener a Trump”. La vigencia política y el posicionamiento de Trump es una prueba irrefutable del fracas de Biden.
Con una crisis económica como la actual, lo meses de septiembre y octubre pueden ser preocupantes para Harris. Históricamente en esos meses se han producido los colapsos en el mercado de valores, desde 1929 hasta el 2008.
En el 2008 reventó una burbuja inmobiliaria que provocó un colapso en todos los mercados bursátiles, por eso básicamente perdió el gobernante Partido Republicano, ganó Barack Obama.
Ahora tememos una seria crisis de pagos en los mercados inmobiliarios comerciales, y eso ha provocado el colapso de varios bancos.
El cinco de agosto colapsaron los mercados bursátiles en Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, quizá fue un caso aislado, o un adelanto del futuro inmediato.