Por: Jhon Garrido
.- En la década de los años 80 mi familia y yo vivíamos en Higuey y en medio de precariedades económicas. Higuey siempre ha sido una zona buena para que muchos dominicanos y no dominicanos se monten en una yola para llegar a Puerto Rico a través del mar caribe.
Éramos sietes hijos de padre y madre. Mi madre se fue con un “machete” a Venezuela en el 1979. Un “machete” es un pasaporte alterado. Con los alimentos que enviaba mi madre crecí yo. De los sietes hermanos, uno de ellos estudio veterinaria, otra se hizo politóloga y abogada y yo me titule de abogado cuando emigre de Higuey a la capital. Tres de mis hermanas no estudiaron una carrera universitaria. Dos de ellas intentaron llegar a Puerto Rico en yola. Solo una logra llegar a la isla del encanto después de tres intentos. Es decir, llego en el tercer viaje en una yola a la isla del coquí.
Mi hermana que tuvo éxito en la travesía ilegal a Puerto Rico, gracias a un oficial que se compadeció de ella al momento del arribo, tal vez le gustaba o se enamoró de ella, la protegió. Inmediatamente empezó a trabajar gracias al apoyo de otros dominicanos que llegaron ilegal pero que con el tiempo se hicieron legales. Estos dominicanos fueron solidarios con mi hermana y gracias a ellos mi hermana inquieta progreso en Puerto Rico. Obtuvo tantos éxitos y abundancias que optó por mudarse a EEUU y ya convertida en “persona legal” hoy disfruta de ser ciudadana americana desde hace muchos años en ese inmenso país que le dio la oportunidad de cambiar su vida y las de los suyos.
El progreso de mi hermana, quien llego en “yola” sin documentos a Puerto Rico ha sido tan grande que hoy puede decidir libremente que los ilegales no les agrada y le molestan. Su amor por los EEUU la ha llevado, realmente no se si ese amor es mas a sus intereses que a los EEUU, a ser una seguidora del presidente Trump, de tal forma que ella ayudo con su voto y en convencer a otros en las recientes elecciones para que Trump vuelva como inquilino a la casa blanca.
En un encuentro familiar con mi querida “sister” le pregunte porque votaría por Trump y me contesto que, Trump sacaría a los ilegales de EEUU, pues, estos ilegales, según ella, atentan contra los beneficios que hoy disfruta o disfrutan los legales. Es decir, el voto de mi hermana, al igual que la mayoría de latinos, europeos, africanos y asiáticos que votaron por Trump, lo hicieron para proteger sus intereses y beneficios que reciben por ser legales. No cuestiono, ese pensamiento de estos votantes. Lo que si veo es que estos migrantes legales no se han dado cuenta, que Trump lo que hizo como político al fin, fue adoptar políticamente esta forma de pensar para sacar provecho político y electoral, lo cual no es malo.
Trump, como empresario exitoso y al igual que los demás empresarios, también le gusta de la mano de obra barata legal o ilegal para su progreso. Pues, estos ilegales muchas veces hacen un trabajo redoblado y de mayor sacrificio que un legal. Es decir, Trump no les importa al ilegal, más bien los prefiere. La posición dura respeto a los migrantes que desarrolla Trump es más bien una repuesta estatal a su programa de gobierno. El primer mandato de Trump se caracterizó por ser el gobierno que menos inmigrantes deportó a sus países con relación a los otros gobiernos.
Realmente no hay ningún parecido entre mi hermana y Trump, este ve en los ilegales una oportunidad empresarial y mi hermana ve un riesgo a sus intereses de migrante legal. Lo de Trump parece ser una respuesta electoral de promesas. Además, los ancestros de la dinastía Trump fueron emigrantes hacia los EEU y de forma no legal. EEUU es un país de emigrantes.
Un amigo me dijo que la emigración refleja la pobreza. Y se emigra para comer y muchas veces para desarrollarse, ya que en su país no encuentran como potencializar su talento.
La ONU ha dicho que emigrar es un Derecho Humano.
Todo se reduce a que los ilegales que hoy son legales llevaron a Trump al poder y los legales no quieren a los ilegales. Temen por sus beneficios.