.- Según reportes a los que hemos tenido acceso, en nuestro país en estos momentos, dos millones de dominicanos sufren algún trastorno mental, 700 mil mueren anualmente por enfermedades neurológicas y cardiovasculares, 500 mil son adictos a sustancias psicotrópicas y/o alucinógenas, dos millones son diabéticos.
Si echamos un vistazo al ámbito económico, un millón 300 mil han perdido su empleo o están suspendidos, 52% de las Pymes se ha declarado en quiebra, 76% de los hogares reporta dificultad para alimentarse y entre los meses de marzo y septiembre, 60% ha perdido sus ahorros.
La crisis de salud provocada por el coronavirus no cede y en el Laboratorio Nacional las pruebas rápidas PCR para determinar contagios al COVID-19 son insuficientes. Epidemiólogos establecen un millón de contagios, mientras Salud Pública sugiere 100 mil. Más de dos mil muertos en subregistro.
Las dificultades que se nos presentan por el Covid-19 aumentan, sobre todo con la indisciplina de la población, razón por la cual se han producido 100 mil arrestos en violación al toque de queda. Las familias dominicanas han sido muy impactadas con el aumento vertiginoso de los suicidios, los divorcios y la violencia intrafamiliar.
Se espera que la economía dominicana retroceda a los mismos niveles del año 2010. El 80% de los fondos de pensiones se encuentra ganando renta en otros tipos de instrumentos financieros y el 70% de los empleados en el sector privado gana 15 mil pesos y encima de todo esto la canasta básica familiar alcanza los 30 mil pesos mensuales, según el Banco de Reservas.
No obstante, algunos están esperanzados con el anuncio de que la vacuna SPUTNIK V de Rusia estaría lista en el mercado para el mes de noviembre del año 2020 y la vacuna OXFORD de EEUU estaría lista para abril del 2021. Sin embargo, la actual gestión de gobierno anuncia que esperará hasta el año 2021 para ampliar los protocolos sanitarios con la OMS y OPS para acceder a la vacuna. Ello implica un año más de confinamiento para los 10 millones de dominicanos.
Junto a todos estos problemas vemos como la tasa de embarazos en adolescentes es la más alta del hemisferio y los hospitales públicos han colapsado dada la demanda de contagios por Covid-19.
El impacto de esta pandemia ha venido a afectar el crecimiento dominicano ya que desde 2012 hasta este año la deuda externa se disparó en un 79%. Como forma de enfrentar los problemas de reducción de ingresos ocasionados por la pandemia, el Gobierno asumió un préstamo de 3,800 millones de dólares para gasto corriente.
Según reportes, este año 2020 la economía decrecerá – 0.8%. El déficit fiscal aumentó a 418 mil millones de pesos. La deuda externa respecto al PIB alcanza el 52%. Todos los servicios públicos (agua potable, energía, transporte) han colapsado.
La evasión fiscal se coloca en un 45% mientras que la evasión del ISR alcanza el 60%. Toda la cadena de alimentación rural y suburbana en los 158 municipios del país, especialmente los de montaña, ha sido rota experimentándose niveles de hambruna en las familias campesinas más vulnerables.
En medio de la crisis sanitaria y económica, el sistema político no avanza ya que apenas 2.6 de cada 10 dominicanos lo respalda.
La abstención electoral en las elecciones presidenciales del 5 de julio alcanzó el 45%. Desde la dictadura militar 1930-1961 ese fenómeno no había ocurrido. Apenas el 21% del electorado en el voto en el exterior ejerció su derecho. 20 de 27 partidos no alcanzaron el 1% de los votos válidos. La crisis de legitimidad democrática, el evidente retroceso político y económico abre de par en par las puertas hacia una reforma constitucional. Continuaremos.