Por: Jaime Aristy Escuder
.- A pesar de los subsidios que se otorgan a los combustibles y alimentos, el desempeño financiero del gobierno central hasta abril de este año ha sido bueno. El resultado financiero, que se define como la diferencia entre ingresos y gastos totales, arrojó un saldo positivo ascendente a 6,314 millones de pesos. Esto contrasta con el déficit de casi 175 mil millones de pesos que se presupuestó para el año completo.
Los ingresos corrientes se encuentran en 11% por encima del nivel presupuestado. El monto anualizado de ese tipo de ingresos gubernamentales asciende a 95 mil millones de pesos, superando en 90 mil millones de pesos lo aprobado en el presupuesto. Dado que las tasas impositivas no han aumentado, ese mayor nivel de ingresos corrientes se explica por la ampliación de la base imponible, que combina el incremento de las cantidades de bienes y servicios, explicado por el mayor dinamismo económico, con precios más elevados, estrechamente vinculados con la inflación importada.
Al igual que sucedió en 2021, los ingresos de capital se encuentran muy por debajo de lo presupuestado. Si se anualiza el nivel de ingreso de capital alcanzado hasta abril se tiene como resultado que ese ingreso apenas representa un 5.6% de la meta presupuestada.
Los gastos corrientes, excluyendo el monto correspondiente a intereses de la deuda pública, se encuentran un 8% por debajo de lo presupuestado. No obstante, de acuerdo con los datos publicados por la DIGEPRES, las transferencias corrientes a empresas públicas no financieras a otras instituciones públicas, que incluyen parte de las transferencias al sector eléctrico y para el subsidio a los combustibles, se encuentran en términos anualizados un 34% por encima de lo presupuestado. Es muy probable que ese porcentaje suba mucho más hacia finales de año si los precios internacionales de los combustibles se mantienen elevados.
Los gastos de capital, como construcciones en proceso y activos fijos, se encuentran muy por debajo de lo establecido en el presupuesto. Algo similar pasó en 2021. Hasta finales de ese año, el gasto de capital se mantuvo también por debajo de la suma presupuestada, pero en noviembre y diciembre pegó un salto extraordinario quedando cercano al monto presupuestado.
En este año 2022, el gasto de capital anualizado en base a la ejecución hasta abril representa apenas el 52.9% del gasto de capital presupuestado. La pregunta que habría que hacerse es si a final de año se acelerarán nuevamente o no los gastos de capital, que son clave para el sostenimiento del ritmo de crecimiento de la economía y más en un entorno con tasas de interés más elevadas.